Páginas

miércoles, 13 de mayo de 2009

Esencia educativa?


Modelo centrado en la enseñanza


Seguramente la mayoría de los lectores de CONTEXTO EDUCATIVO son profesores interesados en reflexionar sobre temas educativos que les permitan mejorar su práctica cotidiana. Si, como suponemos, son personas dedicadas, o al menos, interesadas en la docencia, esto nos lleva a
una reflexión, sencilla pero indispensable para poder continuar, ¿cuál es la
esencia de nuestro trabajo?, es decir, ¿qué tendrá que suceder para que podamos
afirmar que somos mejores maestros?



Al maestro se le exige hoy en día cualquier cantidad de características y competencias, que pueden desviar la atención sobre la esencia del trabajo mismo.
Por ejemplo, es frecuente encontrar alumnos, padres de familia o incluso colegas
que afirman con seguridad: "el maestro debe ser un amigo" o "el maestro es un
facilitador". Podemos agregar muchas cosas que la sociedad opina que el maestro
debe ser, y que se agolpan sobre su identidad presionándola y confundiéndola.
Sin embargo, en esta acumulación de buenos propósitos, es frecuente perder el sentido mismo de la docencia.


Como advierte Frida Díaz Barriga (98), la función del trabajo docente no puede reducirse ni a la de simple transmisor de la información, ni a la de facilitador del aprendizaje. Antes bien, el docente se constituye en un mediador en el encuentro del alumno con el conocimiento. En esta mediación el profesor orienta y guía la actividad mental constructiva de sus alumnos, a quienes proporciona ayuda pedagógica ajustada a su competencia.
Esta afirmación nos lleva a una reflexión sobre la profesionalización del trabajo docente. Pareciera que el maestro es el único profesional que no siente obligación de rendir cuentas de sus resultados ante nadie. ¿Qué pensaríamos de un vendedor, que responsablemente se presente todos los días a trabajar, que sea amable y respetuoso con la clientela, pero que no logre vender nada o muy poco? ¿Por cuánto tiempo conservará su trabajo? El maestro no tiene este problema. Puede terminar el curso reprobando a gran cantidad de alumnos y, encima, sentirse orgulloso. Además, las instituciones educativas generalmente ponen más atención en lo que hace el maestro (si es puntual, responsable, usa material didáctico, etc.),
que en los aprendizajes obtenidos por sus alumnos.



'

Borges, Piazzola y Van Gogh